El Partido Popular (PP) se encuentra en un estado de caos y desesperación debido a la falta de apoyos para que su líder, Feijóo, sea investido presidente. La situación se complica aún más con las contradicciones internas en el seno del partido sobre si Junts, la formación independentista catalana, está dentro o fuera de la Constitución. Mientras algunos miembros del PP expresan su disposición a hablar con Junts, otros rechazan rotundamente cualquier tipo de negociación con el partido liderado por Carles Puigdemont, a quien consideran un prófugo de la justicia.
Esta desesperación del PP se debe en gran parte al rechazo del PNV a apoyar a Feijóo, lo que deja al líder popular con pocas opciones para llegar a la Moncloa. La única posibilidad sería que Junts se abstuviera en la votación de su candidatura, algo que parece impensable en la actualidad. Si Junts apoya a Pedro Sánchez, este repetiría como presidente, lo cual sería inaceptable para el PP y daría lugar a cuatro años más de acoso y derribo por parte de la derecha contra el Gobierno progresista.
Ante este panorama complicado, algunos en el PP parecen dispuestos a aceptar a Junts en el club constitucional, como una especie de “cobertura legal” para justificar una aproximación con el partido independentista. Sin embargo, es difícil imaginar qué concesiones políticas estaría dispuesto a hacer el PP, que se enorgullece de ser el garante de la unidad de España, a los separatistas.
El silencio de Feijóo ante estas contradicciones en su partido genera incertidumbre y desconcierto. Mientras tanto, los medios afines al PP se dividen entre los que han rebajado el tono contra Junts a la espera de los acontecimientos y los que arremeten contra Sánchez por la posibilidad de que salga investido con el apoyo de los independentistas.
Esta situación desesperada también se ha trasladado al Tribunal Constitucional, donde la presidenta, Concepción Espejel, convocó de manera precipitada a la Sala de Vacaciones para rechazar el recurso de amparo de Puigdemont y Antoni Comín contra los autos del Supremo que ordenan su captura. Esta decisión, que podría haber sido tomada con el fin de interferir en el proceso de investidura, podría tener el efecto contrario y convencer a Puigdemont de la importancia de apoyar a Sánchez.
Lo deseable es que esta situación se resuelva con la mayor rapidez posible, no solo por la estabilidad de España, sino también por la estabilidad emocional de los cada vez más desorientados militantes y simpatizantes del PP.