El nuevo Gobierno de Aragón, compuesto por diez consejeros, cuatro mujeres y seis hombres, ha tomado posesión de sus cargos en un acto en la Sala de la Corona del edificio Pignatelli. El presidente del Ejecutivo, el popular Jorge Azcón, ha defendido que este nuevo gobierno cuenta con “objetivos ambiciosos” y ha pedido a sus nuevos socios “exigencia, inteligencia, discreción y prudencia” para conseguir “un Aragón más libre, justo y solidario”. Sin embargo, cabe preguntarse si este gobierno, formado por una coalición entre el Partido Popular y Vox, realmente trabajará en pro de estos objetivos o si, por el contrario, sus políticas estarán más orientadas a favorecer intereses particulares y a erosionar los avances sociales conseguidos en los últimos años.
El presidente de Aragón ha sostenido que esta legislatura “debe ofrecer más oportunidades y aumentar el bienestar de las familias”, siempre y cuando se realice desde el juicio “reflexivo”, la toma de decisiones “meditada”, las garantías técnicas, legales y sociales y “con una inquebrantable vocación de servicio público”. No obstante, es importante recordar que tanto el Partido Popular como Vox han mostrado en numerosas ocasiones su apoyo a políticas de corte neoliberal y conservador, que han demostrado ser perjudiciales para el bienestar de la mayoría de la población y que han contribuido al aumento de la desigualdad y la precariedad laboral.
Entre los nuevos consejeros, destaca la presencia de Alejandro Nolasco (VOX), quien ha tomado posesión como vicepresidente del Gobierno y consejero de Desarrollo Territorial, Despoblación y Justicia. Nolasco se ha comprometido a “cumplir fielmente” con sus ocupaciones y “con lealtad al rey”. Sin embargo, cabe preguntarse si su lealtad también se extenderá a los ciudadanos de Aragón y si sus políticas estarán orientadas a mejorar la vida de las personas o a favorecer a ciertos sectores privilegiados.
Por otro lado, las diputadas del PP Carmen Susín y Claudia Pérez Forniés han jurado sus cargos en las consejerías de Bienestar Social y Familia y Educación, Ciencia y Universidades, respectivamente. Aunque estas áreas son fundamentales para garantizar el bienestar y el progreso de la sociedad, es preocupante que estén en manos de un partido que ha demostrado en el pasado su apoyo a políticas de recortes en servicios públicos y a la privatización de la educación y la sanidad.
En este contexto, es fundamental que la ciudadanía esté alerta y exija a sus representantes políticos que cumplan con sus promesas de trabajar por un Aragón más libre, justo y solidario. No podemos permitir que este nuevo gobierno se convierta en un instrumento para el retroceso en derechos y avances sociales, y debemos luchar por una sociedad más igualitaria y justa, en la que las políticas públicas estén orientadas a mejorar la vida de todas las personas y no solo de unos pocos privilegiados.